Hace unos años, decidí renovar mi cocina y me encontré con la clásica pregunta: ¿qué material elegir para la encimera? Después de mucho investigar, me decidí por el cuarzo calacatta. Este material no solo es estéticamente espectacular, sino que también es conocido por su durabilidad. Sin embargo, siempre me pregunté si realmente podría soportar el uso de ollas de hierro fundido, que suelo utilizar a menudo.
El cuarzo calacatta es una mezcla de cuarzo natural triturado (en aproximadamente un 93%) y resinas de polímero, lo que le da una resistencia impresionante. No obstante, mientras cocino, me preocupa si una olla de hierro fundido caliente podría dañar este hermoso material. Uno de mis amigos, que también tiene encimera de cuarzo, una vez dejó una de estas ollas directamente sobre su superficie y terminó con una marca que no pudo eliminar. Pero, no siempre es el caso.
Recuerdo haber leído un artículo de una empresa que se dedica a la fabricación de superficies de cuarzo. En el artículo mencionaban que el cuarzo tiene una resistencia al calor hasta aproximadamente 150 grados Celsius. Sin embargo, el hierro fundido, cuando se usa para cocinar, puede superar los 200 grados Celsius fácilmente. Este dato me hizo reflexionar y decidirme a siempre utilizar protectores de calor o trapos gruesos al colocar mis ollas de hierro sobre la encimera.
¿Pero qué sucede con esos momentos inevitables cuando uno, en el ajetreo de la cocina, se olvida por completo de usar un protector? Pues bien, tuve una de esas experiencias. Preparaba un guiso de carne y, sin pensarlo, puse la olla en mi hermosa encimera de cuarzo Calacatta. Para mi sorpresa, no hubo ningún daño visible. Sin embargo, decidí no tentar la suerte repetidamente.
La empresa de construcción con la que trabajé me mencionó que han instalado cientos de encimeras de este tipo y rara vez reciben quejas sobre daños por ollas calientes. Un cliente, me comentaron, había dejado una olla caliente durante unos 20 minutos sobre una encimera de cuarzo y aun así no sufrió daños permanentes. Estos relatos me dieron cierta tranquilidad, pero no olvidé la recomendación de no abusar de la resistencia al calor.
Al investigar más a fondo, encontré otros testimonios en foros de cocina y bricolaje. Un usuario comentó que, tras seis meses de uso intensivo de ollas de hierro fundido, su encimera de cuarzo seguía como nueva. Sin embargo, otro usuario detalló cómo una pequeña sección de cuarzo se decoloró tras colocar repetidamente utensilios de cocina extremadamente calientes sin protección. Estas experiencias contrastantes subrayan que, aunque el cuarzo Calacatta es resistente, aún debemos ser cautelosos.
El costo de una encimera de cuarzo Calacatta puede variar, pero por lo general, se encuentra entre los 300 a 500 euros por metro cuadrado. Dada esta inversión, uno definitivamente quiere asegurarse de maximizar su vida útil. Es cierto que el cuarzo es más resistente que otros materiales de encimeras comunes, como el mármol o el granito. La mezcla de cuarzo y resinas poliméricas le proporciona una flexibilidad y durabilidad que otros materiales simplemente no pueden igualar.
En un artículo publicado por una revista de diseño de interiores, se mencionó que las encimeras de cuarzo, incluyendo el Calacatta, tienen una esperanza de vida de entre 25 a 50 años, siempre y cuando se les dé el cuidado adecuado. Este dato reafirma mi decisión de invertir en este material, pero también me hace reflexionar sobre el cuidado necesario para mantenerlo en su mejor estado.
En resumen, aunque el cuarzo Calacatta puede resistir el uso de ollas de hierro fundido en la cocina hasta cierto punto, es mejor no arriesgarse. Los momentos accidentales pueden no causar daño inmediato, pero hacer un hábito de esto podría reducir la vida útil de la encimera. Prefiero usar siempre un protector de calor; no solo por la estética, sino también por el dinero que he invertido en hacer de mi cocina un lugar hermoso y funcional. La inversión inicial es considerable, y quiero asegurarme de que se mantenga impecable durante muchos años.