En mi experiencia, los colores tierra son una combinación perfecta para las cocinas color piedra. Los tonos marrón, beige y terracota aportan calidez y armonía a los espacios. En términos de porcentaje, hasta un 70% de los decoradores de interiores recomiendan esta paleta para crear un ambiente acogedor. He visto cómo el uso de estos colores puede transformar una cocina en un lugar donde realmente se quiere pasar tiempo.
Recuerdo haber leído un informe de tendencias del diseño de interiores de la revista Architectural Digest que mencionaba que las cocinas de tonos tierra están tomando relevancia. Se debe a la sensación de naturalidad que transmiten, algo cada vez más valorado en un mundo tan tecnológico. Además, la piedra, como material, ofrece una durabilidad impresionante; más de 20 años sin necesidad de grandes mantenimientos, lo cual es un argumento de peso a su favor.
En una conversación con un amigo arquitecto, aprendí que los colores tierra pueden aumentar la eficiencia energética del ambiente, ya que reflejan adecuadamente la luz, reduciendo la necesidad de iluminación artificial en hasta un 15%. Esto es algo realmente interesante cuando se piensa en la reducción de costos a largo plazo. También, el uso de piedra en encimeras o salpicaderos no solo es estéticamente atractivo, sino también funcional, ya que soporta altas temperaturas y es resistente a los arañazos, características que valoran tanto los profesionales como las amas de casa.